El primer día de deliberaciones del Cónclave concluyó sin acuerdo entre los 133 cardenales electores, quienes no lograron el consenso necesario para elegir al sucesor del Papa Francisco, fallecido recientemente. Como es tradición, el humo negro que emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina anunció al mundo que, por ahora, no hay nuevo Pontífice.
La jornada de votación comenzó a las 17:46 horas (tiempo de Roma) cuando se cerraron las puertas de la Capilla Sixtina, y se prolongó por más de tres horas, finalizando cerca de las 21:01. El ambiente dentro del recinto vaticano fue reservado y solemne, como lo exige uno de los procesos más antiguos y secretos de la Iglesia católica.
Los cardenales, la mayoría de ellos nombrados por el propio Papa Francisco durante su pontificado, se encuentran ahora en la Casa Santa Marta, donde pasarán la noche antes de reanudar el proceso este jueves por la mañana.
Para que un nuevo Papa sea elegido, se requiere una mayoría calificada: al menos dos tercios de los votos. En este caso, 89 de los 133 cardenales deben coincidir en el nombre del nuevo líder espiritual de más de 1,300 millones de católicos en el mundo.
Con el mundo expectante y las miradas puestas en la chimenea de la Sixtina, el Vaticano entra en una nueva jornada decisiva que podría marcar el inicio de una nueva era para la Iglesia católica.
