El estado de Florida se convirtió en el primero de Estados Unidos en referirse oficialmente al Golfo de México como el “Golfo de América” en una orden ejecutiva reciente. Este cambio de denominación fue incluido en un documento relacionado con la gestión de emergencias climáticas en el estado.
Aunque no hay un respaldo formal federal al nuevo nombre, esta medida coincide con declaraciones del expresidente Donald Trump, quien, durante su discurso inaugural, expresó su intención de renombrar ese cuerpo de agua como parte de sus iniciativas.
La decisión generó controversia, ya que implica una reconfiguración simbólica de una zona marítima históricamente vinculada a México. Mientras algunos consideran que el cambio refleja una postura nacionalista, otros lo ven como un gesto unilateral que podría tensar las relaciones bilaterales.
Este hecho abre el debate sobre el significado de estas decisiones en las relaciones internacionales y el impacto en las comunidades que comparten la conexión con el Golfo. La iniciativa de Florida podría inspirar a otros estados a adoptar posturas similares en el futuro.